martes, 23 de septiembre de 2014

Dios existe desde que te conozco

Pagaría millones por volver al paraíso de tu boca.
Llegaría en barca 
y me tiraría de ella 'en marcha'.
Y llegar a nado a tu orilla.
Como ese náufrago hambriento,
arrastrada por la orilla de tu lengua.
Mojada ella, mojada yo.

A 'gatas' pero como las 'perras'.

Jugarme a cara, la que lames las mejillas, 
o cruz, de donde me cuelgo hasta que vuelvo a verte,
donde quiero suicidarme: 
si en tu cuello o en tu abdomen.

No existe mejor paisaje
que tus brazos crujiendo mi cuerpo,
ni mejor melodía que tu piel 
chocando con la mía.
La lluvia ya no es la banda sonora de los tristes desde que tus dedos le sonríen a mi coño.
Hasta que me hago borrasca y me precipito.
No quiero que las sabanas huelan a ti. Quiero que tu, sepas a mi.

Que el día festivo no sea ese día rojo en el calendario.
El festivo lo anunciaran ciertas marcas en mis muslos.

Eres de mirada incendiaria cuando la compartes con la mía,
y viertes cenizas en mi pecho.
Me soplas el pelo de la nuca,
me coronas estirándome la coleta,
hasta que escupes la lava sobre mi espalda.
Y luego apagas mi incendio
con tus manos encharcadas.

2 comentarios:

  1. Los dioses de andar por casa son los mejores, sobretodo cuando por casa andas de ropa escasa y despeinados.
    Me encanta!

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    1. Este dios es mas que de a dar por casa. Este te hace andar por encima de ella!!
      :-D

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