martes, 27 de enero de 2015

Cierra(me) los ojos, abre(me) la boca

Cuando voy a verte me pongo ese escote en el que se me ven las Letras.
No suelo llevar tacón. 
No me hace falta subirme a las nubes
para sentirme segura.
Ahí ya me subes tú, no unos zapatos.

Llevo la sonrisa ancha como Castilla.
Dices que cuando sonrío al verte,
mi coño lo está haciendo igual.
Y yo que cuanto más abajo llegas,
más arriba me vengo.

Aplaudo. Aplaudo y no con las palmas de las manos precisamente.
A mi me gusta cuanto menos me das
que es cuantas más ganas acumulo.

A veces haces que sienta la necesidad imperiosa de acabar contigo.
Sin cubiertos y con las manos atadas atrás.
Sólo mi boca y tú. Menudo duelo.

Quererte me pone cachonda.
Y cuanto más me follas, más enamorada me dejas.
Eso, es hacer el amor.

Hay almas que sustentan el lastre de un cuerpo.
Pero hay cuerpos que soportan
almas inquietas ahí dentro,
en un estado de cosquillas constantes.

Sabes escuchar lo que se oye en el vértice de mis piernas.
Ven, acércate que tienes un secreto que lamer.

Luego sube. Cuando te diga salta, bésame.
Y cuando me estés besando
sentiremos el vértigo de la caída juntos.

lunes, 19 de enero de 2015

La hibernación de los osos

Tirar por tierra nuestra ropa interior
y no lo nuestro.
Que no quiero ir a esos sitios que aún puedo oírnos reír como en aquella mesa. O pasar de largo por aquel dichoso banco.
Y si digo dichoso es porque sostuvo tu culo un rato mientras yo apretaba los muslos a tu lado.

La soledad que no eliges 
es como ese hormiguero bajo tierra,
cuanto mas tiempo pasas dentro dando vueltas,
mas puedes perderte.

Y quién te va hacer mas feliz
que unas braguitas sin poner.

Te vas ahora que esta boca
ya es más tuya que mía.
Vas a dejarme muda de palabras 
y volverme loca de recuerdos.

Cómo aprender ahora de nuevo a abrir las alas,
si la vulnerabilidad hará que no sea eso lo primero que abra.

Cuando tu "me llamas" no es porque pronuncies mi nombre,
es porque me haces arder.
Cómo vas a poner fin ahora 
que sabemos para qué nos crearon con lengua y saliva.

Cuánto vas a permitir que te eche de menos,
hasta que llame a otro por tu nombre?
hasta que marque por error tu número?
hasta que duerma en otra almohada?....

Llévate las mascotas, no quiero salir de casa por una temporada.
No quiero que vean el desastre que refleja mi cara.

Sólo bajaré a colgar un letrero que diga "sonrisa perdida".
Y el que la encuentre se llevará esa recompensa.

Si la risa es abrigo, voy a pasar una temporada de frío terrible.
Así que voy a prepararme para el golpe del invierno.
Voy a hibernar como los osos.

sábado, 17 de enero de 2015

Quédate y ya veremos

El primer error de la convivencia
es pensar que cada uno tiene
'su lado de la cama' 
¿Y por qué, si es una cama sola?
Cuando entramos tenemos que hacerlo como si fuéramos uno.

El segundo, que creas que te vas a vivir con esa persona porque la conoces bien.
Es al contrario, lo mejor es irte a describirla día a día. El misterio y la curiosidad harán el resto.

Y el tercer error está en sentirnos propietarios del corazón de la otra persona, como si supiéramos lo que siente en todo momento.
Hoy te puede querer mucho
y otro día solo quererte.

miércoles, 14 de enero de 2015

Sin retorno

Morir por un abrazo o de un abrazo,
es la diferencia que hay de una estación de tren a otra: 
la de partida y la de destino.

Los viajes de ida y vuelta no existen.
Hay veces que nunca vuelves como te fuiste.
Y ahí ya has marcado un viaje de no retorno.

Si existe exceso de equipaje
es porque llevamos más de lo que nos cabe en el corazón.
Y el lastre del corazón es un peso
que nadie debería soportar.

Los viajes de la mente son maravillosos porque llegamos a lugares inimaginables.
Pero los viajes al centro 'del corazón' a lo Julio Verne son inolvidables.
Allí todo es inolvidable.

En mi ultimo viaje de no retorno no traje ningún recordatorio envuelto.
Lo traje impregnado en mi boca, 
en mi cuello,
en mi pecho,
en mi vientre,
.... Tú.

domingo, 11 de enero de 2015

En algún lugar de cuyo nombre me acuerdo todos los días.

De esos días que se te sale la poesía por la boca y los ojos.
Que su nombre es el eco
de cada ruido en un día cualquiera.

Que está nublado y crees que hace sol o ya no sabes si realmente es el sol el que te deslumbra el rostro,
o es el reflejo de su sonrisa.

Un día de escritos en una servilleta junto a la marca del rojo de mi pintalabios.
Un día de café en el bar de la esquina.
El café es la excusa, 
la esquina va a ser aquel lugar que recordar.
La complicidad de nuestras miradas
delatada por el titubeo del camarero en su 'qué quieren tomar'....
Se quieren? 
Qué se quieren?
Se quieren tomar?

El ruido de mis tacones
ya no son eco en la cuidad.
Ahora revolotean al lado de los tuyos.
No tenemos prisa pero siento el paso ligero.
Voy cogida de tu brazo,
y oigo la locomotora que llevas en tu interior.
Mi cuerpo tirita por fuera pero arde por dentro.
'Más madera'

Hoy estás guapo.
No es la ropa ni como me miras.
Es todo. Eres todo tú.
En cómo me cuentas tus cosas
desde lo alto del globo terráqueo, 
como una gran bola.
Y yo te miro desde abajo,
como los niños a un cuenta cuentos, ensimismada,
deslizándome por el meridiano que recorre tu mandíbula.

Hablar de cosas banales,
solo hace que camuflar lo que gritamos ambos por dentro.
Vamos a salirnos de la vía!

Yo solo espero que te guste dormir en el lado derecho de la cama,
porque el izquierdo, es el mío.

viernes, 9 de enero de 2015

Tormentas, tornados y luego nosotros

Una primavera inesperada,
eso es verte sonreír.
Contemplar los hoyuelos de tu barbilla
o las arrugas de tus ojos.
Y ya con las comisuras de tu boca
completas medio poema.

Cada suspiro que sale de tu boca,
incluso cada bostezo,
tormentas y tornados.
No puedo evitar buscar un paralelismo entre tu boca y la naturaleza.
O lo que provocas. Nada bueno.

Desde que te conozco, ahora entiendo que las catástrofes naturales no suceden porque si.
Suceden porque no.
Porque no es fácil conciliar los desastres internos de la tierra,
como los del corazón.

"Todo aquello que no tiembla no está vivo"
No basta vivir de una ilusión,
hay que tocarlo con los dedos,
hacerlo masticable.
Curiosas nuestras mentes
que deciden comerse a la vez.
Suicidas nuestros cuerpos
que ni se preguntan. 
Y caen misterio abajo.

No hay que dejar que los días nos engullan, somos nosotros que debemos engullirlos a ellos.
Pues así nosotros.
Que el tiempo no nos pase por encima,
que seamos nosotros quienes nos comamos los minutos que pasemos juntos, uno encima del otro.

miércoles, 7 de enero de 2015

Los malos abrazos

La tristeza es ese animal que camina de puntillas
y que nadie sabe de donde viene.
No es salvaje, ni doméstico
pero con un solo abrazo
se deja atrapar.
A veces, por cualquiera.

Es fácil confundir soledad con tristeza.
La diferencia es que a mi no me pone triste estar sola,
pero cuando estoy triste me siento tan sola.

En ocasiones viene a verme.
Da igual si es de día o de noche.
Debo ser buena compañía porque se le ve a gusto.
Y a mí lo que no me gusta,
es acostumbrarme a sus visitas.
No van más allá de enturbiar el pensamiento.
A veces viene bien y todo.
Si eres fuerte, así como viene, se va.

Y de repente revaloriza los abrazos que recibimos,
dormimos cuando debemos y no cuando nos ensombrece la tristeza.
Sin guiones ni permisos, y si darnos cuenta,
salimos de ella.
Pero nunca estaremos a salvo de recibir de nuevo,
el abrazo inesperado.