viernes, 9 de enero de 2015

Tormentas, tornados y luego nosotros

Una primavera inesperada,
eso es verte sonreír.
Contemplar los hoyuelos de tu barbilla
o las arrugas de tus ojos.
Y ya con las comisuras de tu boca
completas medio poema.

Cada suspiro que sale de tu boca,
incluso cada bostezo,
tormentas y tornados.
No puedo evitar buscar un paralelismo entre tu boca y la naturaleza.
O lo que provocas. Nada bueno.

Desde que te conozco, ahora entiendo que las catástrofes naturales no suceden porque si.
Suceden porque no.
Porque no es fácil conciliar los desastres internos de la tierra,
como los del corazón.

"Todo aquello que no tiembla no está vivo"
No basta vivir de una ilusión,
hay que tocarlo con los dedos,
hacerlo masticable.
Curiosas nuestras mentes
que deciden comerse a la vez.
Suicidas nuestros cuerpos
que ni se preguntan. 
Y caen misterio abajo.

No hay que dejar que los días nos engullan, somos nosotros que debemos engullirlos a ellos.
Pues así nosotros.
Que el tiempo no nos pase por encima,
que seamos nosotros quienes nos comamos los minutos que pasemos juntos, uno encima del otro.

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