jueves, 25 de junio de 2015

Me pones oceánica

Traigo el coleo de cien peces
vivos sobre mi pecho por falta de aire.
Y el aleteo de mil aves migratorias 
anidando en mi pelo.

Llevo la sed del Sáhara 
atrapada en mis lagrimales 
y el viento de levante arremolinando
besos lanzados al aire, 
debajo de mi falda.

Ponme oceánica como tu sabes.
Brava, inmensa, incierta.
Libera la espuma de todos mis parpadeos y avisa al rompeolas.
Se me adivina torrencial 
por mi manera de soñar.

Haz de este sueño una fantasía 
y esta fantasía realidad.
Hazlo.
Hazlo una sola vez 
y lo soñaremos toda la vida.

Cierra el paraguas de colores
que no es fuera donde llueve.
Ábreme las piernas 
y siente la lluvia en la oscuridad.

Oceánica, llena de mares de dudas.
Profundos como la mirada de un niño perdido,
y dramáticos como no creer en uno mismo.

Ponme oceánica,
adivina desde dónde 
parte la próxima ola, 
y dejo que elijas 
dónde voy a romperme.

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