miércoles, 8 de julio de 2015

Animales

No necesito más que el ritmo lento de tus pasos acercarse.
Por detrás.
Con el instinto animal encrespando mi lomo mientras tu acaricias advirtiendo calma a la fiera.
Mi olfato acelerado delata hambre.
Mi corazón impaciente advierte el peligro.
Esta noche déjalo a un lado.

A pesar de llevar collar, vamos a ser animales por adiestrar.
Vamos a buscarnos el cuello.
A lametones con la vida que vamos descuartizando y tirando a un lado para sucumbir al instinto depredador.

Hoy no hay firmas, ni abogados, ni pensión, ni domingos de sofá, ni salir corriendo de casa sin café.

Hoy vamos a mordernos.

Luego no serán esas las heridas a lamer. 
Esas ya cicatrizan solas, porque esta saliva ya no cura.
Entorpece la salubridad pero calma al depredador.

Luego no hay luegos. Hay un para siempre marcado a fuego con las sabanas aún oliendo a ti.
Y yo sabiendo a ti.

Me gustan los para siempre que solo sabemos más que tu y yo.

Y ese recuerdo ajeno a que va a ser olvidado pronto para ser recordado para siempre. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario