jueves, 22 de diciembre de 2016

El peso de la felicidad

La felicidad dicen que se mide por las veces que sonríes. 
No creo que eso sea cierto porque enseñar los dientes no es solo sonreír. 
Ni estar feliz implica ir sonriendo por ahí.
La felicidad se palpa en las personas, se muerde en el ambiente, se contagia, se envidia.
Todo tu cuerpo habla sin hablar.
Si te pasa algo por mi culpa que sea sonreír, 
y hacía tiempo que no conseguía hacer que sonrieras.
Pensé que yo solo era del aire y del océano hasta que te conocí, hasta que me rescataste de mi 'no yo' y me zambullí hacia el fondo de tus ojos verdes.
Me dio igual tragar agua y llevarme los pulmones encharcados.
Por eso siempre me ha faltado el aire a tu lado.
¿Sabes cuánto pesa la felicidad que no consigues hacer llegar?
Pues es como si te pasara por encima una estampida de búfalos.
Pues así me siento y no te culpo.
Siento haber fracasado y no sólo por ti.
Sino por mi.
Por volver a creer o por volver a creer demasiado.
Enamorarte te da la posibilidad de creer que puedes con todo.
Hasta de lo que se te escapa de las manos y del raciocinio.
Pero si fracasas, lo que crees es que no has sido capaz y sientes la pérdida ya no sólo de la otra persona sino de una parte de ti mismo.
Y yo lo siento, no he sido capaz.

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