Tú no has vuelto, tú siempre estuviste.
La que ha vuelto he sido yo.
He desenterrado el hacha de guerra
para cortar el ambiente entre nosotros.
Ha sido perfecto, porque ha vuelto a ser primavera por donde hemos pisado.
Tengo ganas de comerme la hierbabuena
que te crece de la boca
y compartir el mismo aliento.
Pero primero vengo a sacarte las raíces
que se han hecho nudo en tu garganta.
Un año de raíces son muchas palabras enredadas, mudas.
Llevo entrenado subir la tapia
con la que me di varias veces de bruces, buscando tu rastro.
Porque sabía que estabas justo detrás.
También me he entrenado para soportar el peso de tu mirada.
Y para ese abrazo en el que no sé si me estarás odiando o queriendo.
Pero lo quiero,
quiero ese abrazo que me haga mortal de nuevo, y notar los pinchazos de las agujas, porque pienso cosérmelo otra vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario