jueves, 13 de julio de 2017

Autoengaño

En cuanto mis alas abiertas notan
el roce de algo,
cambian de rumbo.
A mí que lo único que me las encoge
es cuando vuelvo al nido.

Hoy he recibido el roce de un balazo
y las gotas de la herida 
han escrito el nombre de ella.

Me creo tanto lo que sientes por mí,
lo que sentimos,
lo nuestro a escondidas,
que siento que la engañada soy yo.
Aunque sea ella la que lleva la alianza.
Y tus riendas.

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